lunes, 14 de noviembre de 2016

14 DE NOVIEMBRE, SAN SERAPIO


San Serapio Scott, religioso mártir de nuestra Orden
El afrontó con ánimo la prueba y derramó, redentor, su noble sangre.

 Unas notas de su vida

Serapio Scott, de origen irlandés, nació hacia el año 1179. Fue militar enrolado en el ejército de su rey Ricardo Corazón de León, y luego en la compañía de Leopoldo VI, el glorioso, duque de Austria, se alineó en su escuadrón para ir a España, en apoyo del ejército cristiano de Alfonso VIII que luchaba contra los musulmanes. Esto acontecía en 1212. Ya antes de esta fecha había viajado en dos ocasiones a tierra santa en las cruzadas tercera y quinta, como caballero cruzado.

Serapio se establece en España al servicio del rey de Castilla para proseguir luchando en defensa de la fe cristiana.

Aquí conoció la Orden de la Merced, dedicada específicamente a la defensa de los cristianos cautivos en manos de los musulmanes, no ya usando las armas sino rescatándolos mediante la limosna y, si era necesario, con la entrega de la propia vida. Viendo que había tan perfecta sintonía entre los ideales que habían sustentado su vida y la finalidad de la Orden Mercedaria, Serapio ingresó a ésta y vistió el hábito blanco en el año 1222 a la edad de cuarenta y tres años.

No hay amor más grande que dar la vida por los amigos

En el camino de santidad que Serapio abrazó consagrándose en nuestra Orden, no faltaron las ocasiones para mostrar, de modo concreto, la certeza de ese amor que debe darse totalmente por el cautivo y a causa de la amenaza de perder la fe en Cristo. Realizó varias redenciones en tierras musulmanas, volviendo a España con el precioso cargamento de hombres rescatados de su dura opresión. Tal empresa era siempre peligrosa y requería de los frailes redentores una gran fortaleza y preparación espiritual para sobreponerse a cualquier inconveniente. Se respiraba tranquilo sólo cuando la embarcación llegaba al puerto de Barcelona.

En la última redención, que llevó a cabo en Argel con su compañero redentor Berenguer de Bañares, debió Serapio quedarse como rehén por algunos cautivos en peligro de renegar de su fe cristiana. El compañero debió volver prontamente a Barcelona para buscar el dinero del rescate. Eso significaba que los conventos mercedarios se ponían en campaña para reunir los dineros requeridos. El dinero tardó en llegar a Argel y los musulmanes, cansados de la espera, arremetieron contra Serapio, dándole atroz muerte, clavándole en una cruz en forma de aspa, como la cruz de San Andrés. La ferocidad de los enemigos de Cristo se manifestó en toda su crueldad al extraerle a Serapio las vísceras y desmembrarlo con inaudita violencia.

Serapio ofreció su vida un 14 de noviembre de 1240. Así se asemejó totalmente a Cristo Redentor y realizó en su vida la máxima expresión del carisma mercedario como es el de dar la vida por la libertad del cautivo.


Fuente: Agenda Estudiante Mercedario - 1999