Con la Semana Santa estamos tocando el corazón mismo de Dios que a través de su único Hijo nos redime, nos salva, nos libera, nos saca de las oscuras ciénagas del pecado, de la muerte y del mal. Abrámosle el corazón, la vida misma para que ese amor redentor de Jesús, esa donación sin límites y de valor infinito, nos ayude a abrazar su cruz y a ofrecer nuevamente la vida de cada uno, para que la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte, sea también para cada uno de nosotros y para el mundo una renovada Pascua.
Fuente: mercedarios.cl
"PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU"