Un saludo cariñoso
a todos los laicos mercedarios que, hoy,
renuevan su promesa o compromiso
a nuestra Madre de la Merced.
Virgen de la Merced
Escucha Madre, nuestros ruegos;
tú que atendiste desde el cielo
los tristes lamentos de los pobres cautivos
que gemían sin consuelo en la dura opresión
y rompiste las cadenas que los aprisionaban
por medio de tu familia de redentores.