NOTAS HISTÓRICAS
Merced significa don o regalo, es decir, aquello que se ofrece y regala
gratuitamente, oponiéndose, por tanto, a las normas y principios del mercado,
donde las cosas, e incluso el ser humano, se compran o se venden, según
conveniencia o imposición de los más fuertes. Merced es aquello que
gratuitamente se ofrece, por amor, a favor de los humanos, a fin de que puedan
ser y vivir en libertad y plenitud humana.
María de la Merced no hace referencia a un lugar, como los de Lourdes o
Fátima, Montserrat o Guadalupe, aunque estos nombres hayan recibido también un
sentido carismático especial. La Merced es, más bien, un título teológico y
apostólico, que está indicando una faceta importante de María, la madre de
Jesús, de manera que puede convertirse en principio de una acción liberadora al
servicio de los hermanos cautivos.
Este título está vinculado a la vida y obra de san Pedro Nolasco, que
más que fundador autónomo de la familia mercedaria aparece como devoto de María
y promotor de su obra de Merced en el mundo. Así, por impulso del pueblo y
elección de los hermanos y hermanas, el grupo empieza a llamarse Orden de Santa
María de la Merced.
Este nombre no fue resultado de una imposición jerárquica, ni elección
más o menos arbitraria, sino resultado normal de un proceso en el que fueron
descubriendo que su obra de merced se encontraba vinculada de manera muy intensa
con María, de manera que Ella viene a presentarse como Madre de la Merced y la
Merced de María se define como obra de María. Los mercedarios podían haber
redimido cautivos sin apelar a la Madre de Jesús o haber mantenido separados
los dos elementos (devoción mariana y acción liberadora). Pero los han
vinculado de un modo gozoso y comprometido, de manera que María y libertad
aparecen unidos en el título de la Merced.
La fiesta litúrgica se celebraba el domingo más cercano al 1 de agosto,
fecha de la revelación de María a san Pedro Nolasco, con rezo de oficio y misa
de Nuestra Señora de las Nieves. Durante los siglos XVI y XVII hubo dos fechas
distintas para la fiesta de María de la Merced: el 8 de septiembre,
oficializada en el capítulo general de Valladolid en 1599 y el 24 de
septiembre, que data de 1696, fecha en que, acogiendo la petición del emperador
de Austria, el papa Inocencio XII concede el oficio y la misa propios para la
Iglesia universal.
Fuente: La Merced en la Liturgia
2018-2019