La mañana del sábado 16 la iniciamos consagrándolo a nuestra Madre, la Virgen de la Merced, caminando temprano en la mañana por el Parque de la Casa mientras elevábamos las oraciones del rosario para culminar consagrándonos a nuestra Madre; proseguimos, luego, con un taller, presentado por la Comisión para la Prevención de Abusos y la Promoción de Ambientes Sanos, en este taller nos invitaban a establecer dinámicas relacionales que busquen la armonía, entendiendo que es la base para el logro de ambientes sanos y seguros, relaciones que deben tener consideración a partir de normas claras, líneas, estándares y orientaciones, las cuales debemos profundizar en su conocimiento como un compromiso. A través del trabajo de esta Comisión Nacional de Promoción de Ambientes Sanos se busca aportar para crear protocolos de actuación que permitan propender a la reparación de los contextos dañados por abusos y ofrecer recomendaciones orientadas al restablecimiento de las confianzas.
Por la tarde, los directivos de cada comunidad dieron cuenta del trabajo realizado a través de una presentación que consistió en la evaluación del plan formativo del laico mercedario, que se puede traducir en lo que se hizo, lo que se debe mejorar y lo que falta. En la hora vespertina, luego de la misa fue el momento de la convivencia, tiempo de compartir y establecer relaciones armónicas entre los integrantes de este laicado.
Nuestro asesor nacional, Padre Carlos Anselmo nos habla sobre la centralidad de la Fraternidad Laical Mercedaria, es Jesucristo, Redentor por excelencia; nos recuerda que el mundo está traspasado por un fuerte “Ateísmo Práctico”, la gente por falta de fe vive en la Indiferencia Religiosa, debemos formarnos más, busquen las cosas de arriba nos dice Cristo, ese debe ser nuestro norte, pero necesitamos aprender de él; debemos rezar más, suplicar a Dios por el mundo, necesitamos una mayor agudeza para dar con el papel que Cristo desempeña en cada suceso de la existencia.
Se vivieron momentos de fe, fraternidad, calidez, alegría de encontrarnos y de compartir. Finalizado ya el encuentro, nos resta agradecer al Padre Anselmo por su compañía permanente y damos gracias a la Provincia Mercedaria por su apoyo y recursos para la realización de este Encuentro que nos permite crecer en Fe, y en organización para seguir entregándonos a nuestra Madre la Virgen de la Merced.